En época de vendimia, cuando está solo, se acuesta a las 3 de la madrugada y se levanta a las 6. Este mes le ha coincidido el adelanto de la recogida de la uva con el de la contratación del Sergas para Atención Primaria, así que madruga para echar un vistazo a sus viñedos -no son en propiedad, los trabaja- antes de ponerse una bata blanca y comenzar a atender pacientes. Luego, cuando acaba su turno, regresa a su nuevo hogar para coger las tijeras de podar y recolectar lo que será su propio vino. El otro día, al llegar a casa se encontró que el equipo de frío se había estropeado y el tiempo seguía corriendo, y desapareció del mundo durante unas horas hasta que estuvo seguro de que estaba resuelto.
Se trata de un sistema que ha hecho con sus propias manos, como tantos otros viticultores. Comprar un equipo industrial puede rondar los 20.000 euros, y su proyecto no está todavía para esos gastos. Sí para los quebraderos de cabeza. La prensa hidráulica le está lanzando avisos de que quiere jubilarse y un sustituto rápido. Serán otros 3.000 euros.
Y, aun así, Araújo dice que eso no es trabajo, que trabajo era lo que hacía antes, lo que hizo durante muchos años al otro lado de un mostrador en una farmacia. Tras licenciarse en Farmacia y ser empleado en muchas y en diferentes partes de España, llegó a tener una en Santiago, que le aseguraba una vida tranquila y cómoda. Tenía 38 años, una novia de la que ya sabía entonces que no va a separarse, Elena. ¿Entonces? Se hizo mayor.
«Houbo un momento en que me fixen maior... bueno, maior xa era... pero me fixen adulto, e me din conta de que o tempo é finito. De que eu agardaba o momento de saír de traballar para disfrutar e facer o que realmente me gustaba. E decateime de que non ten sentido: non podes estar desexando que se acabe o día para ser feliz», explica. Habla deprisa, como queriendo contarlo todo de una vez para acabar pronto de lo evidente que es. No quiere convencer, solo explicar lo evidentes y sencillas que son en realidad las cosas, que vivir es lo primero y que siempre se puede elegir cómo hacerlo. Y para él no hay otra forma que en la naturaleza y «dignamente». Tal vez por eso de adolescente pasaba horas podando árboles en el jardín de su casa, plantaba y cuidaba las plantas. Eran doce en casa, diez hijos y los padres, y a Miguel la rama sanitaria le salía por los poros. Sabía que lo suyo tenía que estar relacionado con la naturaleza, de una manera u otra. Le gustaban la física, la química y la biología, así que intentó primero lo más obvio, Medicina, pero no entró. Y giró por el siguiente cruce. En el relato de su vida va introduciendo informaciones sobre el vino. «Desconfía dun viño que sabe sempre igual; iso só o fan as Pringles, xa o dicía Sheldon Cooper». De modo que tras casi una década conociendo a los habitantes de Mondariz, Marín, Xeve, Verducido y Aldán desde detrás del mostrador aceptó una oferta para irse a los Pirineos. Tras dos años en un pequeño pueblo de montaña regresó a Galicia y abrió su propia farmacia. Y lo dejó. Y entonces tuvo claro que, además de querer vivir del campo, quería hacerlo del vino. Vendió la farmacia de la zona de Compostela que le aseguraba un sueldo de por vida y un horario laboral y se fue a Jerez a estudiar Licenciatura en Enoloxía. Rozando los 40 se fue de Erasmus a Burdeos. A su vuelta todavía pensaba que montar una bodega era más caro de lo que realmente es. Al menos, si estás dispuesto a dedicarse a ella en cuerpo y alma. Tomó la decisión mientras paseaba con Elena por el Camiño da Serpe (son vecinos de Pepe Vieira). Fue una revelación tan clara que cambió su vida, la de los dos, y se ganó una marca propia de vino. La primera, el emblema de la Adega Miguel Araújo, es Mamá Pastora. Además de a Miguel, crio a otros nueve hijos tras la muerte de su marido. Para todos ellos es más que una institución. Por eso ella se llevó la primera botella. Le gustó mucho. Y eso que no bebe alcohol. Tras recorrer durante año y medio todas las parroquias con viñedos de Ribeiro o Ribeira Sacra -no pertenece a ninguna denominación porque no cree en los consejos reguladores-, una persona mayor le dijo: «Quen malla na rocha, atopa robaliza». Al día siguiente encontró la casa ideal por Internet. El resto es presente. Son sus viños espidos, sin correcciones; son los fungicidas solo de contacto (azufre y cobre) y no sistémicos -lo que le llevó a perder el 60 % de su producción el año pasado-; y es su nueva vida. El protagonista. Miguel Araújo llegó a tener una farmacia en Santiago, pero a los 38 años dejó una vida cómoda para dedicarse a la viticultura. El proyecto. Trabaja 22.000 metros cuadrados de viñedos en el municipio ourensano de Cenlle. Se refiere a su producción como «viños espidos», sin correcciones.
Obama brinda en la gala de la hispanidad con ´Peza do Rei´, un vino de A Teixeira
César Enríquez destaca que se trata de un "acontecimiento excepcional" por ser un mencía joven tinto, de los que se decía que "no lograban rebasar la frontera"
X.m. Del CaÑo | Ourense 02.10.2013 | 01:49
Tareas de vendimia para la bodega, en la jornada de ayer. // B. Lorenzo
El tinto mencía de la Ribeira Sacra "Peza do Rei" de bodegas Cachín, que se produce en Abeleda (A Teixeira), ha sido elegido para la cena de gala de la hispanidad que se celebrará hoy en Washington, en la que participarán el presidente de los Estados Unidos, Barack Obama, y su esposa Michel, junto a destacadas figuras del espectáculo como Salma Hayeck y Eva Longoria. Esta será la primera vez que un vino gallego llena los vasos de uno de los acontecimientos sociales más importantes de la capital de los Estados Unidos.
La cena de gala del Congressional Hispanic Caucus (Asociación de Congresistas y Políticos Hispanos de los EEUU) es una cita obligada para la élite empresarial, política y económica del país. Desde hace 36 años, todos los presidentes estadounidenses acudieron a esta cita que conmemora la herencia hispánica de Estados Unidos. Figuras como Nancy Pelosi, primera mujer presidenta de la Cámara de los Representantes de EEUU; Sonia Sotomayor, juez de la Corte Suprema de Estados Unidos, y el Príncipe Felipe, han participado en este encuentro anual.
La gala del Congressional Hispanic Caucus se ha convertido en algo más que un evento social, es también una cita de gran relevancia gastronómica cuyos vinos y platos son meticulosamente analizados por la prensa norteamericana. Para Bodegas Cachín representa "una oportunidad única de ejercer como embajadora de los vinos gallegos".
Bodegas Cachín, que elabora "Peza do Rei", se introdujo hace cinco años en el mercado estadounidense con excelentes resultados: su cosecha de 2008 ha obtenido 91 puntos en la lista Parker, el ranking de vinos más influyente del mundo. Sin embargo, para el consumidor de este país se trata de un caldo todavía desconocido. Esta elección supone "una plataforma importante" para que los vinos de la Ribeira Sacra alcancen un mayor reconocimiento en el mercado norteamericano.
El creador de este vino y gerente de la bodega, César Enríquez Diéguez, reconoce que haber sido seleccionado representa el "premio a un esfuerzo de muchos años y a una constancia en el trabajo, apostando por un producto de calidad y muy personal".
César Enríquez insiste en que la elección beneficia no solo a su bodega, sino que se trata de un reconocimiento para toda la Ribeira Sacra y su denominación de origen, porque esta es una zona donde "se está trabajando con gran rigor en la práctica totalidad de las bodegas, apoyadas en todo momento por su característica viticultura en bancales, aportando una materia prima singular".
"Peza do Rei" es un tinto de la variedad mencía elaborado por Bodegas Cachín en Abeleda (A Teixeira) y amparado por la denominación de origen Ribeira Sacra. Se caracteriza por un color rojo picota con reflejos violáceos de aspecto limpio y brillante. Aroma de intensidad media, de marcado carácter frutal, con recuerdos a frutos del bosque, llenos de matices, con un fondo de madera que le aporta complejidad aromática. Boca de entrada amable, gran sensación de frescura y carga frutal. El final es largo y persistente con unos taninos finos bien fundidos que le aportan redondez y untuosidad.
Distinciones
Peza do Rei logró multitud de premios durante su trayectoria, entre los que figuran la Medalla de Oro mencía de la Ribeira Sacra en 2001, Medalla de Oro mencía 98 Ribeira Sacra en 1999, Acio de Ouro mencía 97 en 1998, Medalla de Plata godello 98 en 1999, Medalla de Plata mencía 98 en 1999, Medalla de Plata godello 97 en 1998, Medalla de Bronce godello Ribeira Sacra en 2001, Viños Excelencia Mencía Barrica 2006 y 2008 en el año 2009, Acio de Bronce mencía en la cata de vinos Galicia, distinciones en Gallaecia 2007, 2008 y 2005.
Archiconocido vino de la Ribeira Sacra de la Bodega Cachín elegido por 3ª vez consecutiva para Congressional Hispanic Caucus por el Presidente de los Estados Unido Barack Obama. Elaboración: Fermentación alcohólica en depósito de acero inoxidable durante 12 días a una temperatura entre 22-28ºc. Fermentación maloláctica y suave clarificación, posterior reposo en deposito y en botella hasta comercializacion (2-3 meses).
La opinión de la crítica: Jay Miller fue el encargado de puntuar para la revista de Robert Parker el Peza do Rei a finales de la década pasada. De la añada de 2008, dijo: "De color rubí oscuro, revela un perfume mineral, de tierra, cuero, y frambuesa. Dulce y sabroso en el paladar, es un excelente oferta para consumir en los próximos tres o cuatro años" .
AITOR ALONSO || VITORIA
4 octubre 2014 - 01:29
En círculos vinícolas se tiende a argumentar que la mencía está de moda. Se trata de una uva tinta característica del Noroeste de la Península, de racimos cortos y compactos, que arroja vinos muy frutales, densos y gozosos. Es la culpable del auge de las denominaciones de las zonas de León, Orense y Lugo. Con la mencía como uva base, acompañada por lo general de otras variedades autóctonas, los vinos de El Bierzo, Ribeira Sacra y Valdeorras, principalmente, han evolucionado hacia caldos de calidad, reconocidos tanto en el mercado interior como internacionalmente. Solo El Bierzo exportó dos millones pasados de botellas en 2013, un 28% de la producción total y algunas de las mejores botellas han deslumbrado a críticos como Robert Parker, que otorgó puntuaciones cercanas a los 100 a algunos bierzos de forma reciente, particularmente a los ligados al gran enólogo Raúl Pérez.
La mencía está de moda en España, pero también parece estarlo en Estados Unidos. Y más en concreto, en la Casa Blanca, donde el presidente Barack Obama ha vuelto a ofrecer un caldo gallego, Peza do Rei, de apenas 9 euros en tienda (20 dólares en EE UU), a sus invitados en el Congressional Hispanic Caucus, una cita que reúne a líderes políticos, empresariales y económicos ligados al partido demócrata para recordar el legado hispano en Estados Unidos.
Sobre la mesa de la cena anual volvió a estar el humilde tinto de César Enríquez, quien sabe lo duro que es elaborar vino en la Ribeira Sacra, donde las empinadas laderas de los cañones del Sil en las que crecen las viñas desde la época de los romanos ha dado sobrenombre a los vinos de la zona, que se denominan de “viticultura heroica”. Son tan escarpadas y agrestes las piezas, con desniveles tan pronunciados, que hace imposible mecanizar prácticamente ningún proceso. Todo a mano. Todo a lomo, incluida la vendimia.
De esas laderas nace Peza do Rei, el vino del que los organizadores del Caucus hispano reclamaron esta vez 200 botellas de la variedad joven, según se ha hecho eco la prensa nacional y particularmente la gallega. Un 100% mencía fresco y frutal que se produce en A Teixeira (Ourense) en las pocas hectáreas de tierras que recuperó Enríquez, apodado Cachín, después de años infértiles. La conexión orensana en Estados Unidos llegó por casualidad, como ocurren estas cosas, ha confesado el viticultor. Parte de su producción (elabora también un Peza do Rei con barrica) marcha todos los años a Estados Unidos, pero Enríquez estableció en Galicia los contactos con la distribuidora Classic Wines que, después, se encargó de elegir y suministrar el caldo gallego al caucus hispano. “Prefirieron el joven sobre el envejecido”, ha señalado el bodeguero, abrumado de nuevo por la repercusión de un asunto así.
La bodega Cachín nació hace 25 años y a día de hoy produce unas 60.000 botellas al año, de las cuales 15.000 son de tres variedades de blanco mientras que otras 5.000 son de tinto que envejece 12 meses en barrica de roble. Del tinto que se sirvió en la cena de Obama se elaboran unas 40.000 botellas que se desgustan en mesas de todo tipo. Hasta en las que está presente la persona más influyente del mundo.
Vino tinto mencía Peza do Rei Barrica de la D.O. Ribeira Sacra
Información
César Enríquez Diéguez, gerente de Adegas Cachín (fundada en 1992) es el gran responsable de este vino tinto mencía barrica Peza do Rei.
Este vino es el buque insignia de la bodega, un excelente monovarietal con una producción muy limitada. Elaborado en Abeleda (A Teixeira) en plena Ribeira Sacra.
Bodegas Cachín ha conseguido recuperar una ladera histórica del cañón del río Sil en la Ribeira Sacra cuyas uvas se destinaban al pago del diezmo de los Reyes de Castilla.
El vino tinto mencía Peza do Rei Barrica, tiene una crianza de 12 meses en barrica de roble francés, que le va otorgar ese cuerpo y esas características notas a madera que no suelen ser habituales en un vino de esta denominación de origen.
Sin duda que estamos hablando de un gran vino a un precio muy reducido.
Quizás no tenga la fama de su "hermano pequeño" : Peza do Rei Mencía (Un tinto joven premiado en numerosas ocasiones y que ha traspasado fronteras.
En 2013 y 2014 fue uno de los vinos elegidos para la cena de la Gala de la Hispanidad celebrada en Washington y en la que fue degustado por numerosas personalidades, como es el caso del presidente de los Estados Unidos, Barack Obama. ), pero no dejará indiferente a nadie.
Características
100% mencía. 13,5%. 75cl. Servir entre 15º-18ºC.
Nota de Cata
Color rojo cereza brillante a la vista, presenta una intensidad media con notas que recuerdan a frutos rojos en fase olfativa, y en fase gustativa es equilibrado, suave y frutal a la par que muy elegante.
De A Teixeira (Ourense) a Washington para cenar con los Obama
'Cachín', un bodeguero muy gallego de invitado en la Casa Blanca
La Casa Blanca lo invitó por ser el autor del vino elegido para la cena de la hispanidad. Y el presidente de EEUU brindó con su tinto: Peza do rei
Su sueño es que su hijo César recoja el testigo y mejore la obra de su padre
'Ah, y que en la Casa Blanca el próximo presidente siga degustando mi caldo'
PACO REGO
Andaba Cachín entre las uvas, a últimos de septiembre, cuando dimos con él cortando racimos. Estaba de vendimia. Doblando el riñón en una de las laderas de vértigo que dan al Sil, prácticamente en vertical, por donde los mercaderes de Roma antaño cargaban vino de Ribeira Sacra para satisfacer el paladar de los césares. Aquí nace Peza do Rei, el tinto elegido por Obama para regar la cena anual del Congressional Hispanic Caucus, la conocida como Gala de la Hispanidad, a la que asisten por igual demócratas y republicanos deseosos de pescar votos de los empresarios, músicos e intelectuales latinos más influyentes de América. Y, claro, el cosechero ourensano, al que la Casa Blanca ya le había cursado invitación, se debatía entre poner rumbo desde A Teixeira a Washington o, por sus uvas, darle calabazas al mismísimo presidente de Estados Unidos.
- Depende... Les he dicho a los americanos que las uvas necesitan mucha atención y cariño, y que lo más probable es que no pueda ir... Aunque lo mismo me escapo y doy la campanada. Depende...
Resueltas las dudas, y con la cosecha del año puesta ya a fermentar, este jueves Cachín, acompañado por María Jesús, su mujer, se plantaba en la casa de los Obama para cenar. "Esa foto a su lado vale oro", piensa en alto el bodeguero del presidente. ¿Y dándole un trago a su tinto? "¡Caramba, menuda promoción!", remata aún incrédulo el cosechero César Enríquez Diéguez, 55 años y padre de un joven de 29, otro César, que le sigue los pasos. Su Peza do Rei, el único tinto seleccionado para la cena de la Hispanidad, brilló sobre las mesas.
¿Cómo un humilde viticultor de una aldea gallega termina compartiendo cena con Obama, y el presidente de Estados Unidos brindando con su vino? Larga fue la vereda.
Corría el verano de 2013. "Vino a verme un tal Metzler, me dijo que era americano y que estaba casado con una española. Un hombre se había enamorado de mi vino", cuenta Cachín. Aquel hombre era Stephen Metzler, uno de los grandes importadores estadounidenses y dueño de Classical Wines, cuya cartera incluye vinos de Ribera del Duero (como Pesquera), Rías Baixas y aceites de oliva españoles que distribuye en exclusiva por el mundo. Había probado el tinto de César en una cata en Casa Felisa, referente del turismo rural de la zona de A Teixeira. "Y se enamoró de mi vino", dice el cosechero. "Se ve que al llegar a EEUU corrió la voz entre gente gorda de Nueva York y Washington. Y, pasado un tiempo, me dijo lo de la Casa Blanca. Me quedé pasmado, sin palabras...". Al año siguiente, en 2014, en la cena del Día de la Hispanidad, Barack Obama brindaba ante demócratas y republicanos con Peza do Rei gallego. Cachín no estuvo presente entonces pero "la obra de mi vida" sí.
No era la primera vez que alguien importante le marcaba el camino a la Casa Blanca. Durante una ruta a caballo por los alrededores de A Teixeira, Cachín, apodo familiar que da nombre a su bodega, compartía trote con el que fuera asesor de Hillary Clinton, y más tarde consejero comercial de Obama. Se trataba del economista canario Juan Verde, casado con la hija más joven del diseñador Adolfo Domínguez. "Anímate", le insistió Verde mientras los dos cabalgaban. "Te presento a la señora Clinton, te haces una foto con ella y luego te vienes al Hispanic Caucus". ¿Al qué?, le preguntó el de A Teixeira. Y Cachín, fiel a la natural táctica gallega, no dijo ni que sí ni que no al consejero de la Casa Blanca. Lo dejó ahí, en el aire.
La suya es una agricultura heroica, hecha a lomos, donde el tractor no consigue trepar por las empinadas laderas de A Teixeira, apenas 385 vecinos, donde crece el jugo que tanto gusta en la Casa Blanca. Con su padre, del que heredó nombre, apodo y viñedo, pateaba de niño las hileras de cepas altas de mencía que lo han encumbrado. A cuatro euros más IVA vende la botella en bodega, 23 libras se paga en Londres. Ha llegado a vinotecas y restaurante de Suecia, Irlanda, Emiratos Árabes y Japón. "A cada racimo le doy el mismo trato que un joyero a un diamante". Produce unas 60.000 botellas al año, 8.000 van a EEUU. Otras 5.000 las envasa tras envejecer su joya en barricas de roble americano durante 12 meses.
"Para llegar a eso hay que echarle manos, espalda y sol", se despedía Cachín desde su viñedo, a la sombra del monasterio de San Paio. El jueves anduvo por la Casa Blanca. Al final, no dio calabazas a Obama.
Ya está disponible la nueva añada de Peza do Rei Mencía ¡Con nuevo diseño de botella! ¡Animáte a probarla! El vino Peza do Rei Mencia, es uno de los clásicos vinos tintos gallegos, mencías con denominación de Origen Ribeira Sacra, Peza do Rei Mencía es el vino que Obama ha elegido por tres años consecutivos para la celebración de la gala Congressional Hispanic Caucus. Además el año 2015 asistió el bodeguero de Adegas Cachín a la cena, después de rechazar la invitación en varias ocasiones por motivos de la vendimia.
Graduación: 12 % Vol. Volumen: 75 cl
Peza do Rei Mencía marida perfectamente carnes y quesos
Servir a 16-18 ºC
El vino Peza do Rei Mencía se elabora a la sombra del Pazo de San Paio, en la localidad de Abeleda, A Teixeira, nos encontramos con uno de los viñedos más mimados y cuidados de la Ribeira Sacra. César Enríquez Diéguez y familia comenzaron con el sueño de recuperar una bella ladera con mucha historia, de la cual, salían las uvas con las que satisfacían los diezmos a los reyes de Castilla.
Adega Cachín cultiva 8 hectáreas de viñedos, de los cuales 5 se encuentran en la parcela que da nombre, y, a la vez prestigio por la materia prima excelente que produce a la marca Peza do Rei.
Denominada más correctamente Alicante Bouschet, esta variedad se reparte ampliamente por distintas zonas de la península. Se diferencia por su pulpa coloreada y capacidad colorante y entra en Galicia quizás por la mencionada cualidad y por un enfoque productivo, pero resulta poco compatible con el clima por lo que actualmente está en proceso de eliminación.
Es una variedad de porte erguido y vigor medio, muy fértil que normalmente da producciones altas, de ciclo largo con una brotación temprana y maduración tardía necesitando climatologías con abundantes horas de sol. Es muy sensible al mildiú, excoriosis, viento y corrimiento, moderadamente a la botrytis y poco al oídio y a la sequía. Los vinos que produce tienen una muy importante carga cromática y en las latitudes gallegas es difícil alcanzar las maduraciones necesarias para domar su importante expresión vegetal; mantiene muy bien la acidez y aporta una buena aromática frutal y floral.
En la D.O. Ribeiro su cultivo está en receso. Se utiliza mezclada con otras variedades donde aporta color y acidez o como monovarietal. http://ribeiro.es/nuestros-vinos/variedades-de-uva/variedad-resumen/?id=14
Vino, historia y arte en una garnacha de los Moure
No es el primer vino que saca al mercado Moure Viños Artesáns, la «división plurivarietal de Adegas Moure», pero es uno de los más relevantes en el fondo y en la forma.
Lleva por nombre A rosa do viño, título de un libro de Xavier Castro sobre la historia vitícola de Galicia, y luce en la etiqueta una ilustración diseñada para esta marca por el artista de O Saviñao Pepe Barxa.
La idea surgió durante una charla del escritor en Escairón. Castro explicaba a los presentes el porqué del título de su obra. Cómo los viejos tintos «que criaban sangre» dejaban unos trazos oscuros en la taza similares a los pétalos de una flor, la metáfora que inspira A rosa do viño».
Xosé Manuel Moure, que se encontraba entre el público ese día, reparó en que la bodega tenía una barrica con un vino que encajaba a la perfección con esa imagen. Será el que salga, con el sello de Moure Viños Artesáns, antes de la próxima campaña navideña.
El vino lleva un 75% de garnacha. «Non o alicante de despois da filoxera. É a garnacha antiga que tiñamos en Galicia e que, por desgraza, a xente foi arrincando coa febre da mencía», explica Moure.
El 25% restante del vino, que se elaboró en una barrica de cuatrocientos litros, es precisamente mencía y tempranillo. En esta primera edición, que corresponde a la cosecha del 2013, la tirada será muy reducida, de poco más de quinientas botellas.
Pero los resultados convencieron a los Moure, que piensan ir incrementado la producción en sucesivas añadas con la misma mezcla de variedades e idéntica filosofía: «fundir nun mesmo proxecto cultural -xa que o viño é cultura- literatura, pintura e viticultura».
De cada botella de A rosa do viño colgará un pequeño envoltorio en el que se podrá desplegar una reproducción de la etiqueta firmada por su autor, Pepe Barxa.
El vino aún duerme en bodega en A Cova, pero algunos críticos de prestigio le han hecho llegar su opinión a los Moure.
José Peñín, editor de la guía que lleva su nombre, solo le ha visto una pega: que al menos en esta primera cosecha no haya más botellas.
Xavier Castro gana el premio Gourmand por «A rosa do viño»
El galardón distingue el mejor libro sobre historia vinícola publicado en España
Castro no solo analiza la historia del vino, sino también las transformaciones en torno a esta bebida
X. F. REDACCIÓN/LA VOZ. 29/12/2010
El profesor y escritor Xavier Castro (Cangas do Morrazo, 1954) ha ganado con su libro A rosa do viño el premio Gourmand World Cookbook Award en la categoría Best Wine History Book, un galardón que distingue la mejor obra en torno a la historia vinícola publicada en el último año. En el caso de A rosa do viño, publicado en gallego por Galaxia, se reconoce este título como el más destacado de los aparecidos en España en torno a la historia y la cultura del vino. Con este galardón, Castro acudirá el 2 de marzo del 2011 a París, donde competirá contra los libros premiados en su misma categoría en los demás países participantes -un centenar- de este certamen que desde su fundación, en 1995, recompensa la mejor escritura gastronómica. De ganar en esta segunda fase, A rosa do viño sería considerado el Best in the World en su categoría.
Xavier Castro recibió ayer con satisfacción la noticia del galardón, que se suma al premio Deza Investigación, que ya cosechó A rosa do viño. «É un apoio importante», destaca el autor, que consiguió otro Gourmand en la misma categoría en el 2006 por A la sombra ejemplar de los parrales. Cultura del vino en Galicia y otros espacios peninsulares (NigraTrea). «A primeira edición de A rosa do viño tivo moita difusión, polo que é moi probable que co premio se faga unha segunda, e ademais hai moitas probabilidades de que se traduza ao castelán», explica Xavier Castro.
En A rosa do viño el autor buscó un equilibrio entre «o rigor académico e un estilo ameno que trata de chegar a un público amplo». En este sentido, el libro no es solo una historia del vino, sino que participa de un enfoque cultural que enmarca el tema en el tiempo y en las transformaciones sociales. «É unha historia do viño, si, pero tamén dos cambios nas mentalidades, da evolución do gusto, ou do papel diferente de homes e mulleres con relación á bebida», aclara Xavier Castro. Para ello, el volumen aborda desde los recipientes relacionados con el vino hasta la visión de los escritores de los buenos caldos.
Neruda le dedicó una oda y Baudelaire invitaba a emborracharse con él "sin tregua". Intelectuales gallegos como Castelao o Bóveda, además de a los consabidos usos lúdicos, aludieron incluso al poder del vino para "construir una patria". Fue en A Nosa Terra, en 1934, donde las dos figuras del nacionalismo gallego se cebaron con los desleigados que sucumbían a modas externas. "Quen en Galicia toma aperitivos alleos, auga pintada con nomes pomposos en vez do noso insuperable branco Ribeiro, é un inimigo da patria", decían.
El vino, que en Galicia fue durante siglos bebida de unos cuantos afortunados, centra el último trabajo del historiador Xavier Castro (Cangas do Morrazo, 1954), que ayudándose de ordenanzas municipales, tratados de higienistas y médicos, refraneros, obras literarias y conversaciones con taberneros, bodegueros y vecinos ha trazado una historia cultural del licor más exportado de la comunidad.
Un buen caldo tenía que ser tinto, espeso y con mucho color
El consumo del hombre era público, el de la mujer, a veces a escondidas
A rosa do viño. A cultura do viño en Galicia (Galaxia) repasa los usos sociales del vino, las formas de consumo y la pertenencia de clase que implicó su consumo a lo largo de los siglos. "El blanco era para los ricos y se sacaba para las visitas", explica Castro, profesor de Historia Contemporánea en la Universidade de Santiago. El prestigio lo tenía el blanco, pero el vino del pueblo fue siempre el tinto, "espeso y con mucho color", que favorecía el crecimiento de los niños y el restablecimiento de las mujeres después del parto. Un buen caldo debía pintar la taza y dejar una rosa dibujada en la porcelana. El tinto calentaba más -"la historia de Galicia, y probablemente la de la mayor parte de la humanidad, se hizo temblando de frío", asegura Castro en el libro- y tradicionalmente este tipo de cepas era más numeroso.
Era tinto también el vino que se exportaba a América Latina para que los inmigrantes calmaran la nostalgia, y el que se usaba para preparar las sopas de cabalo canso. Con la filoxera, declarada calamidad pública a finales del siglo XIX, se autorizó la introducción de variedades americanas -las "damiselas neuróticas", como las apodó Otero Pedrayo-, menos sensibles.
A lo largo de la historia, el vino sirvió para casi todo, refresco, estimulante, medicamento para el cuerpo y el alma, sello de acuerdos o recreación más o menos enfermiza. En todos los casos se aconsejaba la moderación, el "saber beber" y estaba mal visto incitar al vecino a la borrachera. "¡Ojo con la vuelta de las fiestas, que las cabezas van calientes, y cuando el vino se empeña...es tan loco!", aconsejaba Emilia Pardo Bazán a las chicas que querían conservar su buen nombre. "El consumo del hombre era público, en la taberna, pero el de la mujer se limitaba a la casa, a veces a escondidas", cuenta Castro. También bebían a escondidas los niños, aunque el alcohol no solía estarles vetado. Como ejemplo, Castro evoca al niño Perucho de Los pazos de Ulloa, que se emborracha con el beneplácito de sus mayores, que miden con vino su fortaleza. En la actualidad, el inicio en el consumo de alcohol se sitúa en los 13,5 años, pero hasta bien andado el siglo XX los pequeños empezaron a beber mucho antes. La escasez limitó las adicciones: muchas familias sólo probaban el fruto de la vid en Navidad o en la fiesta del patrón; el resto del año bebían agua, o sidra en el mejor de los casos. "El alcoholismo es un invento sueco de finales del siglo XIX. Antes había simplemente viciosos", explica.
En la taberna se cerraban negocios, se deshacían matrimonios -las pacientes esposas se cansaban de esperar e iban a buscar al marido ebrio a la cantina- y se accedía a la aceptación en una comunidad nueva. Era lo que les sucedía a los hombres que se casaban con una mujer de una parroquia distinta a la suya: los vecinos de la novia, que no perdonaban la ruptura de la endogamia local, exigían una retribución en vino, que cobraban casi siempre, a pesar de que la justicia perseguía a quien imponía esta costumbre a la fuerza.
Álvaro Cunqueiro apadrinó el albariño calificándolo de "príncipe dorado de los vinos" y el Ribeiro, que "tradicionalmente representaba a Galicia", perdió la batalla de la imagen. Los cantos de taberna cesaron con la entrada de la televisión en los locales y el mercado trajo nuevas bebidas: primero, a finales del siglo XIX, el café y el chocolate, después los refrescos y la cerveza. El vino tampoco se bebe igual: ya no es muy frecuente ver a varios amigos bebiendo de la misma taza. Dice Castro que siempre había un aprovechado que se lo llevaba todo.
* Este articulo apareció en la edición impresa del Miércoles, 17 de marzo de 2010
La uva empleada para este vino procede de viejas cepas de Garnacha tinturera plantadas tras la plaga de filoxera que devastó el viñedo gallego a principios del siglo XX. Las viñas están en terrenos arcillosos, plantadas en vaso, y requieren una viticultura muy laboriosa y más en nuestro caso, que no empleamos herbicidas.
La recojida se hace de forma tardía, ya que la uva precisa cierta sobremaduración. Durante la elaboración tiene um período de paso por madeira de rebollo, pero sin perder su carácter frutal y de intensa mineralidad. Es sin duda un vino que no deja indiferente.
Calificado con 90 puntos sobre cien en la prestigiosa guía Peñín.